sábado, 22 de febrero de 2014

La inactividad de las  Naciones Unidas en el conflicto de Siria ha sido y sigue siendo reprochable,sin dejar de lado al Consejo de Seguridad por haber sido incapaz de adoptar medidas eficaces para impedir el agravamiento de la situación y  permitir una solución que detenga la violencia y las graves vulneraciones de los derechos humanos, entre las que se encuentran el privar de alimentos y medicinas a la población civil que muere por miles, a causa de las enfermedades y la inanición, provocado por el embargo establecido por Bashar Asad, 
El caso de Siria está siendo  un ejemplo de la subordinación del Consejo a las exigencias geoestratégicas . Desde que comenzó la crisis, el desacuerdo entre sus miembros permanentes estuvo impidiendo la adopción de resoluciones. En octubre de 2011 se presentó un proyecto de Resolución, patrocinado por Alemania, Francia, Portugal y Reino Unido, en el cual, tras condenar las violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra civiles, se exigía a las autoridades sirias que pusieran fin de inmediato a tal situación. En una primera iniciativa , presentada en junio del año pasado, se preveía un embargo de armas y se incluía la recomendación de la Alta Comisionada de las NN UU para los Derechos Humanos de remitir la represión ejercida por el gobierno sirio a la Corte Penal Internacional, pero para evitar un posible veto, la iniciativa  definitiva se suavizó, de forma que el texto no contemplaba la adopción de sanciones, sin embargo, el  proyecto fue vetado por Rusia y China.

jueves, 7 de febrero de 2013




Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.

R.Tagore

 
En la crisis del Estado del bienestar está influyendo la ineficacia del Estado Social, donde la ocupación estatal de espacios en los que es posible obtener rentabilidades económicas mayores o mayor eficiencia, lleva a promover políticas de privatización de grades sectores de la actividad pública con el fin de poder ser explotados por sujetos privados en la creencia de aumentar la creación de riqueza y con ello el crecimiento económico.

El papel del Estado, según algunos no cambia, cambiando su forma de actuación; el Estado prestador se convierte en Estado regulador, para regular y vigilar a quienes lo hacen por él, para garantizar que los servicios, que son esenciales se presten adecuadamente.

La función social del Estado, conseguida después del Estado liberal clásico y nacida a mediados del siglo XIX, no puede sucumbir a la corrupción generalizada, las nuevas estructuras territoriales, nuevas Administraciones autonómicas, o a la creación de empresas con capital público que en nada mejoran en muchos casos la eficiencia ni la rentabilidad de la gestión.

Por otra parte hay servicios públicos, pilares de nuestro actual Estado del bienestar como son la Sanidad, la Educación y la dependencia que bajo ningún concepto pueden ser gestionados por la gestión privada ya que su función social se contrapone a su  rentabilidad económica. Debemos de plantearnos si queremos para determinados servicios buscar rentabilidad o primar la labor social del Estado que queremos.